Reto noviembre: 30 días sin comprar nada
Reto noviembre: 30 días sin comprar nada
¿Aceptarías pasar 30 días sin comprar nada y centrarte solo en adquirir productos necesarios como comida, productos de higiene o el pago del alquiler y facturas básicas?
El reto de no gastar nada durante el mes de noviembre es una propuesta que nació en las redes sociales y en donde los participantes evitan todo tipo de gastos innecesarios durante estos 30 días. Recordemos que en este mes está incluido el tentador Black Friday, uno de los días en el que más compras se realizan de todo el año.
El objetivo de este ayuno económico es dejar de gastar dinero en cualquier cosa que se pueda retrasar, sin perjuicio de la vida o la salud, sobre todo para identificar lo que es esencial y lo que no lo es. Por supuesto que ahorrarás, y mucho más de lo que piensas, pero también darás tregua al planeta, saliendo del constante ciclo consumista en el que estamos inmersos a diario.
Está claro que nadie es inmune a los gastos extras y mantenerse frugal puede resultar una lucha, pero es interesante analizar dónde ponemos nuestro dinero porque lo que creemos que gastamos es muy diferente de lo que realmente gastamos. Por ello te proponemos un plan de acción para que este reto lo vivas como un aprendizaje en lugar de una agonía prolongada y lleves acabo estos 30 días que tú dispongas de una forma constructiva.
Consejos para no comprar nada durante 1 mes
Haz un plan
Asegúrate de establecer lo que consideras esencial para tu día a día de lo que puede esperar (o de lo que te abstendrás) mediante listas separadas que dependerán de tus objetivos y situación. Por ejemplo:
Esencial: alimentos, bienes de consumo, artículos de higiene, alquiler o facturas.
No esencial: regalos, productos de belleza prescindibles, ropa y decoración, libros, dispositivos electrónicos o cenas fuera de casa.
Es importante que aclares tus valores y que vivas tu vida de acuerdo con ellos. Quizás quieras esto también te ayude a establecer un objetivo a largo plazo como ser libre económicamente, ahorrar para algo grande, controlar tus finanzas, ser consciente de tu consumo y del impacto en la sostenibilidad, o incluso compartir tu proceso con otras personas.
Aprovecha lo que ya tienes en casa
Básicamente esto significa: ¡utiliza lo que ya tienes! Y esto es extensible tanto a la ropa como a los alimentos.
Mira al fondo de tu nevera y alacena, seguro que hay conservas empezadas o verduras a las que no das salida. Este es un buen momento para utilizar lo que ya tienes y preparar algo nuevo o diferente.
En lugar de adquirir un nuevo conjunto, busca en tu armario y rescata prendas que antes ni siquiera considerabas vestir o que puedes remendar. Lo más probable es que se te ocurran nuevas ideas con la ropa y los accesorios que ya dispones, y acabarás descubriendo un armario completamente nuevo dentro de tu propia habitación. Lo que no te vayas a poner más, dónalo a asociaciones o regálalo a tus familiares y amigos/as.
Moraleja: echaremos imaginación al asunto y seremos más ingeniosos/as con los recursos que tenemos a mano.
Piensa de antemano en cómo vas a emplear tu tiempo libre
Un mes sin compras precisa de cierta preparación mental que te ayudará a que en estos bloques vacíos de tiempo no caigas en la tentación de comprar por aburrimiento.
Ordena tu casa, lee aquellos libros a medias que merodean por tus estanterías, reconecta con tus viejos amigos, sal a pasear al bosque o a recoger plásticos en alguna playa cercana… Establecer este tipo de objetivos en otras áreas de tu vida te llevará a ser fiel con tu compromiso con la lista inicial.
Separa la necesidad del deseo
Cuando restringes tus gastos resulta más fácil identificar la diferencia entre «necesidad» y «deseo». ¿Realmente necesitas esa prenda de ropa o es un simple capricho pasajero provocado por una situación emocional?
Cuando empieces a notar estos impulsos, anótalos en una lista y llámala “cosas que me gustaría comprar”. Revísala al final del mes y comprueba si has perdido el interés o si en verdad sigues interesado/o y te sentirías bien invirtiendo tu dinero en ellos.
¿Qué se esconde detrás del gasto?
Enfrentarse a los hábitos de compra no es fácil. Detrás de ellos se esconde una gratificación inmediata, y por ende, una solución temporal fácil.
¿Estás sometido/a a una situación de estrés? ¿Estás retrasando proyectos personales/profesionales? ¿Quizás estás evitando algún reto vital?
Preguntas, preguntas y preguntas. Analízate interiormente e identifica las áreas de tu vida que en algún momento necesiten de más atención o enfoque: «¿Por qué quieres esto y qué conseguirás con ello?»
La finalidad de este experimento/reto es básicamente provocar un cambio de mentalidad. Pasar un mes consumiendo lo que ya tenemos, y que en su momento compramos, es un acto de honor a nuestra economía. Formularte preguntas cada vez que tienes el impulso de comprar, es una de las mejores formas de entender de dónde nacen esas necesidades a las que no ponemos palabras y acaban expresándose monetariamente.
¿Tienes más consejos para compartir con nosotras que hagan de este reto una gran experiencia de aprendizaje?
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