Practicar la gratitud en el día a día
Practica la gratitud en tu día a día
Durante tiempos difíciles, es fácil sentirse un poco abrumada o agotada por la vida. Los sentimientos y pensamientos negativos pueden estar más presentes, lo que puede complicar ser más conscientes de todos los aspectos positivos que ya habitan a nuestro alrededor.
En el post de este mes, te invitamos a reconocer y a practicar la gratitud, no solo como alivio a estos pesares, sino como una herramienta de apreciación de las cosas valiosas y significativas en el día a día.
En su sentido etimológico, la palabra gratitud se deriva de la palabra latina gratia, que significa gracia, amabilidad o agradecimiento, y es una apreciación por lo que recibimos, ya sea de forma tangible o intangible. Con gratitud, mostramos disposición para apreciar y devolver bondad.
El concepto de ser agradecida no es nuevo de ninguna manera. Hace más de 2000 años, el filósofo romano Marco Tulio Cicerón la describió no sólo como la mayor de las virtudes, sino como la madre de todas las demás. Y lo más llamativo es que la gratitud tiene mucho que ver con el presente: al estar agradecida por todo lo que tenemos aquí y ahora, podemos recalibrar la mirada y darle una vuelta de tuerca a nuestra perspectiva mental y física.
Si hablamos en términos científicos, la investigación sugiere que una práctica diaria de gratitud interviene con la neuroplasticidad, esa capacidad del cerebro para modificar, cambiar y adaptar tanto la estructura como la función a lo largo de la vida y en respuesta a las experiencias vividas y por vivir. Esto significa que podemos condicionar nuestro cerebro, a través de la gratitud, para unir emociones más positivas a los recuerdos y eventos actuales.
Y si hilamos un poquito más fino, nos damos cuenta de que la gratitud también está relacionada con nuestro diálogo interno: esa conversación hacia nuestra persona está vinculada con la forma en que vemos el mundo, cómo nos sentimos, cómo nos presentamos y qué tan libres nos sentimos. Al expresar pensamientos positivos en un estado consciente, comunicamos positividad a nuestro subconsciente, que no piensa por sí mismo. Si atribuimos gratitud a las experiencias en tiempo real, incluso en momentos de adversidad, internalizamos la experiencia con positividad, lo que tendrá enormes beneficios para nuestra mente, cuerpo y espíritu a largo plazo.
Algunas maneras de cultivar la gratitud
Como cualquier habilidad, la gratitud se puede aprender y fortalecer. Aquí te dejamos algunos ejercicios para poner en práctica en tu día a día:
- Piensa cada día en tres cosas por las que estás agradecida. Dedica 10 minutos a escribirlas brevemente y reléelas al final de la semana.
- Comienza un diario de gratitud. Llevar un diario puede ser una excelente técnica de autoterapia: cuando escribes, utilizas diferentes partes de tu cerebro y accedes a recuerdos y emociones desde una nueva óptica. Se ha demostrado que un diario de este tipo activa áreas del cerebro relacionadas con la moralidad y las emociones positivas.
- Escribe una nota de agradecimiento. Haz saber a alguien lo importante que es para ti y el aprecio por el impacto de esa persona en tu vida. Y por qué no, de vez en cuando, escríbete también una a ti misma.
- Agradece a alguien mentalmente. ¿No tienes tiempo para escribir? Tómate 5 minutos y agradece en silencio a ese alguien tu dicha simplemente por existir o porque haya hecho algo bueno por ti.
- Medita. La meditación de atención plena implica centrarse en el momento presente sin juzgar y puedes utilizar meditaciones guiadas basadas en el cultivo del amor y la bondad, cosa que nos permitirá ampliar nuestra perspectiva de la vida y la conexión con nosotras mismas y el resto de personas.
Te dejamos también una de las prácticas grabadas de Sangha de Germán Jurado a las que Irene suele atender cada lunes a través de Instagram.
Porque la gratitud ayuda a las personas a darse cuenta de que no estarían donde están sin la ayuda de los demás.
¿Qué otros hábitos de gratitud practicas en tu vida?
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